24 febrero 2013

Día de la bandera



“Miren la bandera, ondea impávida en el asta. Sabe que este es su día y por eso se luce, orgullosa de sí misma.” 

Esta frase la escuché este día de la bandera (24 de febrero) y me hizo reflexionar al respecto:

¿La bandera siente orgullo por la nación que ahora la festeja?

A primera vista podríamos argumentar que no hay coherencia en la pregunta, pero les invito a remontarnos (tramposamente) al surgimiento de nuestro actual lábaro patrio.

Antecedentes:

El 24 de Febrero de 1821, Iturbide y Guerrero dieron a conocer el Plan de Iguala, donde proclamaban las  Tres Garantías: independencia, religión y unión. Este plan fue acompañado de una bandera que ostentaba los colores Blanco, verde y rojo, en forma diagonal.

Posteriormente, durante el primer imperio mexicano, se modifica la bandera, quedando como actualmente se conoce, tres franjas verticales con el águila al centro, salvo que para el caso de esta primera versión, el águila portaba una corona. Tras la renuncia de Iturbide se le quita la corona y sufre diversas modificaciones.

Fue hasta 1880 con el General Díaz que al águila se le coloca de frente, con la serpiente y sobre un nopal y en 1968, con Díaz Ordaz, se oficializó el diseño de la bandera a como hoy se conoce.

Pero… ¿qué tiene que ver esto?

Significado de los colores:

La importancia de conocer el contexto histórico en el que surge nuestra bandera es importante para comprender los significados de los colores.

Antes de la secularización (Juárez) los colores simbolizaban:

Blanco: Representaba la pureza de la religión católica romana que profesaba el pueblo de la Nueva España.
Verde: Representaba al movimiento insurgente, el ideal de independencia.
Rojo: Simbolizaba al grupo español adherido al impulso libertador.
Posteriormente, tras la Guerra de Reforma, se modifica la simbología, quedando de la siguiente manera:

Verde: La esperanza del pueblo mexicano.
Blanco: La pureza de los ideales del pueblo.
Rojo: La sangre derramada por los héroes.

El escudo adquirió los siguientes significados:

Serpiente: Potencialidades de la tierra.
Águila: Fuerza cósmica del sol.
Nopal: Paisaje de México.

¿Y la crítica?

Después de una larga introducción, me atrevo a cuestionar el supuesto “orgullo” que debe sentir la bandera en este día.

Qué orgullo va a sentir de su color verde, si ya no hay esperanza, simple costumbre.

Qué orgullo va a sentir el blanco, si el pueblo carece de ideales, y los “idealistas” existentes se dedican a saquear nuestro territorio.

Qué orgullo va a sentir el rojo, si ya no se derrama la sangre como un acto de heroísmo.

Qué vergüenza le debe dar a la serpiente, que con tristeza ve su tierra, árida y abandonada. Esa tierra que ya no gesta vida, que sirve para la explotación del hombre por el hombre, para intereses insulsos.

Qué impotencia ha de sentir el águila, que día a día surca los cielos mexicanos, observando que la potencialidad del mexicano se gasta en desarrollar países en un estilo colonial.

Qué coraje ha de sentir el nopal, que ve como se destruye el paisaje mexicano, para abastecer el apetito voraz de intereses diversos, que destruyen a su paso, sin realmente aprovechar el espacio existente.

Y que angustia siento yo, de ver las injusticias, y no saberlas gritar, de ver el dolor ajeno, y  no poder ayudar, de ver como todos cierran los ojos, y no poderlos cambiar.


Dime, Victor Hugo, ¿tú que opinas?

"Entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo consiente, hay cierta solidaridad vergonzosa."                         Victor Hugo (1802 - 1885) Escritor francés.

Se despide de usted su amigo (o enemigo)

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14 enero 2013

Discurso a la mujer y el deseo de dominarla




Al hablar de mujeres uno siempre trata de evidenciar dos cosas: 
  1. La belleza que cautiva al hombre y le hace necesitar de ellas y: 
  2. La maldad camuflada que caracteriza a cualquier dama.

Será fácil, para muchas, decir que la segunda siempre es mentira, que no todas son iguales, y en efecto, ninguna mujer es igual a otra, por mucho que se asemejen entre sí. 

La más visible y perniciosa de las diferencias, se encuentra en el grado y facilidad con que ocultan y ejercen su vileza. Pero no podemos ni debemos desembarazarnos de una maravillosa verdad:
“El que de verdad es hombre, sólo quiere dos cosas, el juego y el peligro; es por eso que busca a la mujer, que es el más peligroso de los juguetes.”[1]
El hombre siempre ha temido a la mujer, y es por ese temor, que ha creado dos recursos ineludibles de defensa:
  1. El gobierno y;
  2. El machismo
¿Qué necesidad tiene el hombre de crear estos medios de defensa, cuando el hombre es el dominante físico por naturaleza? 

La respuesta es tan intrigante que la afirmación “La mujer es enigma y maldad[2]se vuelve cierta, pues la mujer es la representación mortal del Dios de la muerte. Ella detenta la capacidad de dar la vida o de privar de ella.

Se podría pensar que no existe comparación, entre la fortaleza física del hombre y la capacidad de la mujer de gestar vida en su vientre, pero el vínculo radica en la capacidad de la mujer de arrebatar la vida al nuevo ser, o concederle la misma. Es necesidad del hombre tener descendencia y la del pueblo tener ciudadanos.

Es por esta razón que se crea el gobierno, un pacto ciudadano en el cual el hombre se auto-otorgaba la potestad de ser el Dios de la muerte artificial. Desde esta nueva figura el hombre ordenaba y reprimía a la mujer, con lo que nace y se fortalece el machismo.

Esta figura ideológica (vigente hasta nuestros días) hace creer al varón, que es el único capaz de realizar labores distintas, mientras que la mujer sólo es un objeto creador de descendencia.

Pero, ¿Por qué el hombre no llevó su poder más lejos? ¿Por qué le dio la libertad a la mujer de vivir a su lado bajo un pacto como el matrimonio?

Dicho pacto (Que no es ni bueno ni malo) fue la mejor forma en que el hombre se aseguró de que la mujer realizaría una de las tareas que al hombre más se le dificulta: Criar.
La mujer entiende a los niños mejor que el hombre, a pesar de que el hombre es más niño que ella, pues en verdad que en el hombre hay siempre un niño que solamente quiere jugar.”[3]
Que acertada aseveración,  la más grande creación del hombre, nació de una necesidad y de un juego: la guerra. La guerra no es más que la combinación de las armas utilizadas para cazar los alimentos y los juegos utilizados para cortejar a las damas.

Es por todo esto que “Cuando la mujer ama, el hombre debe temerla, pues la mujer no se acobarda(ba) ante ningún sacrificio y no concede(ía) valor a nada que no sea su amor. Pero cuando la mujer odia, el hombre debe temerla aún más, porque en el fondo del alma ella tiene al hombre por malvado; pero también en el fondo de su alma ella es mala.”[4]

No lo olviden hombres, “Cuando vayas con las mujeres, no olvides el látigo.”[5]


Se despide de usted su amigo (o enemigo)

Developer Menschenfeind





[1] Nietzsche, Friedrich; Así habló Zaratustra;  Grupo Editorial Tomo; México; 2009
[2] Ídem
[3] ídem
[4] ídem
[5] Ídem